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En tiempo de incertidumbre, viene la resurrección | V Dom. de Cuaresma

Seguimos en nuestro camino cuaresmal, se ve ya la luz, aunque aún no de modo tan claro. La Palabra de Dios, que nos ha acompañado en esta ruta penitencial, de renovación personal y comunitaria, en el V domingo de Cuaresma nos presenta el pasaje de la resurrección de Lázaro. ¡Qué difícil es afrontar la muerte! ¡Qué incertidumbre se vive en tiempos de tanta convulsión! En momentos de prueba, ¿con quién realmente se cuenta? ¿estamos solos?

El evangelista Juan (11, 1-45) presenta a Jesús frente a la desgracia de sus amigos como un hombre con corazón de carne, con unos ojos que lloran por el amigo que acaba de morir, por lo que no es indiferente ante las contrariedades de sus hijos, más aún, se muestra afectado, y no se queda quieto, busca qué hacer: ¡lo resucita! Pero, antes de realizar el gran signo, les dice a los suyos «esta enfermedad no acabará con la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios». Jesús le habla de la certeza de la vida nueva que Él trae, pero a las hermanas de Lázaro les falta fe.

Del evangelio de hoy rescatamos tres actitudes de Jesús en tiempos de incertidumbre frente a la vida de sus discípulos:

+ Se compadece: Jesús acude al llamado de las hermanas de Lázaro, acude, camina al encuentro de esa realidad tan dolorosa.

+ Intercede por ellos: Al reclamo y petición confiada de Martha y María, dirige los ojos al cielo y ruega a Dios.

+ Les da vida: Jesús da vida, y vida en abundancia; desata, purifica, redime, calma la sed; es fuente de vida, de amor, de paz, de sosiego.

De la misma manera podemos apuntar tres actitudes de los cristianos en tiempos de incertidumbre (COVID-19):

+ Tengamos confianza en Jesús: Jesús siempre está a nuestro lado, el dolor, la incertidumbre, los problemas nos pueden nublar la vista y pensar que Jesús nos ha olvidado, pero no es así; no lo olvidemos nunca: ÉL SIEMPRE NOS ACOMPAÑA.

+ Conmovernos antes las necesidades de los otros (no ser indiferentes): Que, como Jesús, nosotros siempre, pero de manera especial en tiempos de contingencia, seamos caritativos y empáticos ante los que más sufren.

+ Demos vida: Aprendamos a dar vida, a no quedarnos paralizados ante los profetas de calamidades, vivamos del que es la Vida, para poder dar vida a los demás. Vivamos nuestra vida de manera sobrenatural.

Es de personas de fe, reconocer que la enfermedad, los problemas, el mal, la muerte son algo inevitable. Pero también es de hombres de fe el buscar y dar sentido a las adversidades desde la perspectiva de la resurrección, para verlas y vivirlas desde una vida nueva. ¿Qué consecuencias debe tener para nuestra vida de fe la COVID-19? ¿Cómo darle sentido desde la resurrección? Jesús nos dice: «Yo soy la resurrección y la vida»

Máximo Alejo Ramírez Rosales

Seminarista de cuarto de Teología

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