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«SEÑOR, TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA» |III DOMINGO DE CUARESMA

Tercer Domingo de Cuaresma

Nos encontramos ya en el tercer domingo de cuaresma y hoy el Señor Jesús sale al encuentro de una manera muy especial.

En un mundo que se ha convertido en un mercado resuenan fuertemente las palabras y las acciones del Señor. Basta con que veamos a nuestro alrededor para darnos tristemente cuenta de que muchas de las cosas e incluso personas están a la compra y a la venta, hemos convertido a nuestros hermanos, a nosotros mismos e incluso a Dios en algo que tiene un precio.

Y aunque pueda parecer que el ambiente es muy desolador, pues vemos las injusticias, la violencia, la muerte, las familias que están siendo atacadas por diversas ideologías, el Buen Dios sigue siendo fiel y lo proclamamos en el salmo de hoy “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”. El camino cuaresmal que hemos emprendido nos conduce a la Verdad y a la Vida en plenitud, y es la Palabra de Dios la que nos fortalece, consuela y nos da luz en medio de la oscuridad. ¿Qué podemos aprender y vivir el día de hoy con la Palabra que hemos recibido?

1.- Dios es quien nos libera (“Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la Esclavitud”)

Seremos verdaderamente libres en la medida en la que nos desatemos de envidias, celos, rencores, supersticiones, etc., y para lograr esto tenemos la ayuda de Dios que nos sale primero al encuentro, nos fortalece, nos llama y nos ama. Es por eso que nosotros también debemos corresponder y luchar por quitar las ataduras, pedir al Señor con fe y esperanza lo necesario para mejorar, y ante las tentaciones mirar a Dios que está con nosotros y nos conduce a la felicidad verdadera.

2.- Estamos llamados a corresponder a su amor (“No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos”)

Esta llamada a corresponder a su amor no es una especie de trueque o pago, no vamos a la Iglesia como si fuera parte del precio para comprar nuestra salvación, sino que es donde vivimos y celebramos la vida y la libertad que Jesucristo nos ha alcanzado.

El no construir ídolos es vivir realmente en la libertad, en la verdad y en el servicio al hermano.

3.- Jesús purifica nuestras vidas

El acto que realiza Jesús en el templo puede parecer escandaloso para algunos pero si vemos realmente la intención descubrirnos una hermosa enseñanza y una maravillosa esperanza para nuestras vidas: Dios es el que da la libertad, la vida y la salvación a los que vivían en la esclavitud y en la muerte. Sin pedir nada a cambio, sin pagar un precio previo. Su única condición: que vivamos la libertad, que no nos dejemos esclavizar por nada ni por nadie, que compartamos la vida.

Por lo tanto, no queda más que agradecer a Dios por lo mucho que nos regala y compartirlo con los que nos rodean, amar, reconocerlo como nuestro Padre y luchar por cumplir con sus mandamientos.

Por Miguel Neftalí López Esparza

Tercer año de la etapa configuradora

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