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Conferencia «Historia del Seminario»

Hace unos años, el Padre José Juan Padilla Trueva dictó una conferencia sobre la historia del Seminario, la cual queremos traer a colación en el contexto del 145 aniversario de su apertura. El exponente dio inicio a su intervención citando al Canónigo Vela “quiero prender en los muros de mi Alma Mater la prenda de flor de mi gratitud en estos benditos muros”.

Para desarrollar la historia del Seminario lo hizo en 5 momentos decisivos, por los cuales ha pasado nuestra querida institución.

 

1)Fundación del seminario 

Existen una multitud de fuentes, que nos narran la fundación del Seminario, y todas son fehacientes. En la que se basó el ponente fue en la de una conferencia dada por el Sr. Canónico Felipe Santana en el año de 1948 con motivo de un congreso de historia en la ciudad de Zacatecas. El tema, que desarrolló el arcediano fue el de la erección de la Diócesis de Zacatecas. De una manara directa habló de la fundación del Seminario, pues cita la Bula Pontificia “Ad universam dominici ager inspectionem” dada por su Santidad Pío IX, con motivo de la erección canónica del episcopado de Zacatecas, en ella recomienda que se funde un “Seminario de Clérigos” en la brevedad posible. Para responder a la recomendación del Sumo Pontífice se crea el “Clerical”, que se desempeñó como casa de formación, siendo responsable inmediato el catedrático José Francisco Sotomayor. Pero fue 5 años después de la erección de las Diócesis cuando se dio la fundación del Seminario. Haciéndose cargo de la formación de los futuros pastores los Padres Paulinos: Agustín de Jesús Torres Hernández, quien fue el rector, y Don Juan Bautista Huerta, que fungió como vice-rector. El Obispo Mateo Guerra no estuvo presente en la fundación del Seminario, ya que, se encontraba de camino a la Ciudad Eterna, pues se celebraría el Concilio Vaticano I, en el cual participaría. 

El sucesor de Don Ignacio Mateo Guerra en el mitrado fue Don José María del Refugio Guerra, quien dio la orden de edificación del primer edificio, que ocupó el Seminario Mayor. Hoy ese edificio es donde se ubica el Museo Manuel Felguérez. En este domicilio, duró establecido sin contratiempos un lapso de 30 años. El Prelado Don José dio las primeras constituciones y el primer reglamento. En los que se establece el patronato de la Inmaculada Concepción. Se tuvo cuidado en la formación de los próximos pastores, ya  que se tenía una formación integral en las diferentes áreas: humanística, filosofía y teología. Se estudiaba con esmero el Derecho Eclesial y el Civil, pues el seminario tenía potestad de expedir títulos de licenciado en derecho civil a los laicos. Vemos, que era un Obispo empeñoso en la formación de los seminaristas.

El III obispo fue Don Fr. José Guadalupe Alba Y Franco, a quien le tocó vivir en tiempos adversos. En la tormenta, el seminario dio frutos de excelente calidad, como a José Anastasio Díaz López, que desempeñó el cargo de padre espiritual, y San Mateo Correa Magallanes, quien fue ordenado sacerdote el año 1893. En este periodo, los sacerdotes tenían una formación muy especial en lo que se refiere a la lengua latina, ya que, los boletines eran editados en latín y otros en francés por lo que se palpa que dominaban la lengua francesa.

En el siglo XX, se fundan los seminarios Auxiliares en las comunidades de Colotlán, Jalisco; Tlaltenango, Zacatecas; Villa Nueva, Zacatecas; y Ojocaliente, Zacatecas. Se fundaron, pues eran para atender a los niños con inquietud vocacional, y no podían asistir al Seminario, que estaba en Zacatecas capital.

 

2)Persecución 

En la primera década del siglo XX dio inicio la Revolución Mexicana. Y tuvo repercusiones en nuestra Diócesis y en nuestro Seminario. El episcopado era ocupado por Don Miguel M. de la Mora, a quien le tocó la magna celebración de los 50 años de la erección de nuestra Diócesis, dicho acontecimiento se dio el 12 de junio de 1914. Doce días después Pancho Villa tomó la cuidad. Estando Pancho Villa en Zacatecas, mando arrestar al señor Obispo y a los canónigos.

La historia del Seminario es una historia de dolor y gloria. La persecución religiosa afectó de manera directa a nuestra institución, por tal motivo fue itinerante sin dejar de formar pastores. 

El Seminario se trasladó a Castroville, Texas allá estuvo de 1915 a 1918, ya que, es en este año cuando la persecución estaba menguando y el Seminario regresa a su anhelada patria. En 1919, se celebra los 50 años de fundación del Seminario, en este tiempo el Seminario pasaba por una fuerte crisis económica, para el año de 1920 nuestra institución debía la cantidad de 8,000 pesos. En 1922, el Obispo se traslada a la ciudad de San Luis donde vive, pues los problemas religiosos no calmaron del todo. El obispo Ignacio Plasencia y Moreira, los superiores y los mismos seminaristas son arrestados por el general Eulogio Ortiz en el año de 1923. Al Sr. Obispo lo mantuvo ocho días en tormentos sin llegar a un acuerdo, que permitiera la libertad religiosa. En el año de 1927, son enviados 34 seminaristas a la Península Ibérica a diferentes seminarios en los que destacan los de Madrid, Sevilla y Málaga. De estos seminaristas formados en España se recuerda con mucho cariño y afecto a los sacerdotes ordenados allá, que regresan al como prefectos en el año de 1930, entre los que se destacan el sr. Rodríguez y el sr. Vela.

En 1929, no terminó la persecución religiosa, por lo tanto, nuestra Alma Mater no se puede establecer, incluso el 2 de febrero de 1931 son expulsados del edificio en el que estaba el Seminario, que hoy se conoce como la casa de los conquistadores. Debido a esto el Seminario se trasladó a la comunidad de las Bocas, en un lugar denominado “el Jacalón”, que fungía como salón, comedor. Para el periodo de 1931 a 1935 la persecución contra la Iglesia fue más ardua y cruenta ante esta nueva dificultad el Seminario se vio en la necesidad de cambiar de domicilio por seguridad, los lugares que le abrieron las puertas de par en par al Seminario fueron: Ojocaliente, Laguna Grande, la ciudad de México, las Bocas y , nuevamente, Ojocaliente. 

Es hasta el año de 1936, cuando se obtiene un poco de paz. Es en este tiempo donde los seminaristas arriesgaron su vida para llegar a la meta, pues ni la persecución pudo impedir, que los jóvenes dejaran de lado ser seguidores del Señor. Los que conocieron a estos santos varones dan su experiencia: “fueron unos sacerdotes santos, sabios” son ellos que se formaron en tiempos difíciles, quienes nos dan testimonio de cómo se vive plenamente el sacerdocio.

 

3)Montezuma 

El seminario de Montezuma, atendido por los miembros de la Compañía de Jesús, brindó formación a muchos de nuestros sacerdotes, que regresaron a Zacatecas para ser maestros y formadores, que pusieron las bases para dar una formación plena a los candidatos al sacerdocio, algunos que están aún con nosotros son: Humberto Salinas, Juan Pereyra, José de Jesús López de Lara, Carlos Feliz Díaz, Rafael de la O Collazo, Vicente García Bernal, entre otros. En virtud de que la cantidad de los formados en esta gloriosa institución es de 112, es injusto excluir a este periodo de la historia pues de manera directa o indirecta hacemos relación  a ella. El exponente la da las gracias a Dios por habernos permitido contar con esta institución que nos dio calor y amor, pues en nuestro país era difícil hacerlo. 

 

4)Mi seminario 

Después de todos los éxodos de los que sufrió nuestro seminario, se estableció por fin en la Ciudad Episcopal en el edificio, que actualmente, las oficinas del Obispado. El Obispo Don Francisco Javier Nuño, se preocupó de que los formadores tuvieran una preparación  de mejor calidad, es por eso que los envía a la Cuidad de Roma a que se preparen en diferentes campos de las Ciencias Sagradas.

En Miguel Auza, se tiene un tiempo de bienestar y de abundantes vocaciones. Se establece con un buen nivel académico 4 años de humanidades; el Seminario Mayor, inicia con el primer curso de filosofía. En este lapso empieza la construcción de la casa de vacaciones de comunidad en Monte Escobedo. Don Francisco Javier Nuño deja la Diócesis, pues es nombrado obispo auxiliar de Guadalajara. El cargo de rector lo ocupa el Sr José Saúl Robles, a quien recuerdan con mucho afecto y cariño, quienes tuvieron trato con él. 

En el mes de octubre del mismo año es designado obispo el Sr. Antonio López Aviña, con quien se gesta la idea de la construcción de un nuevo Seminario en un espacio más amplio, para que la formación sea más integral. Para ello empieza con la campaña de los 1,000, que consistía en que mil personas donaran la cantidad de mil pesos, pues dicha cantidad era la adecuada para iniciar la construcción de esta nueva institución. Las personas respondieron de la mejor manera. Formadores, maestros y seminaristas trabajaron codo a codo para la edificación de las instalaciones, que hoy ocupamos, pues la ilusión era la que les daba fuerza para seguir trabajando y tener una casa más digna. 

El día más glorioso para los jóvenes que conformaban el Seminario Mayor fue el día de la navidad de 1957, ya que, en él se dio el tan esperado cambio, y aunque las instalaciones estaban carentes de muchas cosas, no les importó, ya que, la felicidad era más grande y lo que ellos deseaban era estrenar su nueva casa en las condiciones que estuvieran: contaban con los servicios básicos, aunque no de manera optima, pero para ellos ese fue el mejor Seminario, que les tocó vivir.

El obispo López Aviña se preocupó de una manera especial por la formación de los futuros sacerdotes, a tal grado de que todos los días en la tarde les visitaba, les conocía, participaba de las vacaciones de comunidad, se pude decir que era un padre para todos los alumnos. Con don López Aviña, se mandan de nuevo a los sacerdotes a la Ciudad de Roma a prepararse. En esta época van: Fernando Chávez, Salvador Talamantes, Refugio Berumen. Los primeros frutos del Seminario en las nuevas instalaciones, ubicadas en Guadalupe, fueron un grupo de sacerdotes ordenados el 12 de diciembre de 1959. El señor rector don Saúl López fue nombrado Obispo de Tulancingo. Se tiene por primera vez en la historia del Seminario el primer promotor vocacional, que fue el padre Humberto Salinas.

 

5)Tiempo del Seminario post Concilio.

Esta fue una época de muchas reformas en la Iglesia, pues se estaba poniendo en práctica lo establecido en el Concilio Vaticano II, que se celebró de 1962 a 1966. Estos cambios se palparon en toda la Iglesia Universal, pero también la sociedad pasaba por tiempos difíciles, ya que, se estaban dando cambios importantes en las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales. 


Los formadores de ese periodo tuvieron muchas dificultades, ya que, no se establecía un modelo de aplicar las reformas del concilio. En el Seminario, se experimentó la fuerte influencia de corrientes, que marcaron la época, tal es el caso de: la Teología de la Liberación y la crisis del 68, sin embargo siguió dando frutos. En 1972, el Padre López de Lara es el rector del Seminario, y con firme brazo supo llevar firme la barca por medio de aguas turbulentas: se quiso determinar la vocación desde el punto de vista de la psicología, lo cual no encaja pues la vocación no es algo que determine la ciencia, sino es un llamado que está más allá ella y de la libertad de los individuos depende la repuesta. En este periodo, sobresalen, muchas personalidades, entre las que destacan Carlos Torres, de quien es necesario escribir un libro, fue rector en nuestro Seminario por mucho tiempo, así como del Colegio Mexicano en Roma; Aurelio Carlos, quien dedicó la mayor parte de su vida a la formación de los seminaristas.

Cuando llegó el Sr. Javier Lozano Barragán, se preocupó por que el Seminario se pusiera a la altura de las exigencias del tiempo, por así decirlo lo orienta hacia su objetivo inicial. El cambio de reglamento se dio por iniciativa de Don Javier, para mejorar la formación de los seminaristas. Con el ahora cardenal Lozano Barragán, el Seminario avanza con un paso de gigante para establecerse como una institución bien definida.

El padre hasta aquí narra la historia del Seminario para finalizar, nos lanza el reto de    ¿cómo será la Iglesia dentro de 50 años cuando se celebren los 200 años de la erección de la Diócesis y los 190 de la fundación del Seminario?  La confianza del Padre Padilla es que la Iglesia y el Seminario estarán para seguir dando frutos, pues Dios siempre estará con nosotros.