«Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra»

(Salmo 8)

Sin lugar a dudas, el celebrar un año más de vida es un momento especial para nuestra existencia; y si este acontecimiento se da dentro del Seminario adquiere un rostro nuevo. Esta es la crónica del aniversario del natalicio del prefecto del Curso Introductorio.

Todo comenzó el pasado viernes 8 de marzo, a media noche, los seminaristas del Curso Introductorio y el P. Francisco Lara entonaban las mañanitas al festejado, quien salió a recibir a los seminaristas muy emocionado y contento. Esta primera actividad se extendió un poco pues se entonaron varias canciones como «La feria de San Marcos», «La marcha de Zacatecas», entre otros. Y después de que los seminaristas le dieran típico abrazo, todos se fueron a dormir.

Por la mañana los seminaristas tuvieron sus actividades normales y el P. Juan Diego impartió sus clases. Por la tarde, a la hora del deporte, se tuvieron unos encuentros de básquet bol entre seminaristas de la etapa, en el cual hubo 4 equipos de los cuales resultó vencedor el equipo negro y en segundo lugar el equipo azul.

Después, se tuvo la concelebración de la Eucaristía, la cual presidió el P. Juan Diego y acompañado por el P. Ezequiel Moya, vicario general de la Diócesis, P. Marco Antonio Castañeda, rector del Seminario, P. Francisco Lara, espiritual del CID, P. Álvaro Bermúdez, espiritual de Teología y el diácono Vicente. El P. Moya predicó destacando la  vocación a la vida, llamado de Dios realizado a todos y la importancia de saber siempre servir a los demás y sobre todo ser siempre agradecidos con Dios y con el prójimo.

A su término se dio paso a la cena la cual fue ambientada por el grupo musical San Felipe. Antes de iniciar la cena, el P. Juan Diego dio la bendición de los alimentos y después se hizo un brindis dirigido por el P. Francisco Lara. En la cena se sumaron, además de los ya mencionados, el P. Ignacio Torres, ecónomo de la diócesis, P. Pascual Correa, prefecto de estudios, P. Aurelio Ponce, prefecto de Teología, P. Jairo  Márquez, prefecto del Seminario Menor. Se llevó a cabo el tradicional momento de partir el pastel, seguido de la declamación de la poesía «Vivo sin vivir en mí» de Santa Teresa de Ávila por voz del seminarista Enrique Ibáñez.

Más tarde se le hizo entrega de un regalo por parte de la etapa, y vaya que batalló para abrirlo pues era un regalo metido en caja tras caja cada vez más pequeña hasta que llegó a la que verdaderamente contenía el presente, el cual mostró a todos los invitados: un suéter negro.

Después el P. Juan Diego hizo entrega de los premios del primer y segundo lugar a los equipos negro y azul, respectivamente. El primero fue recibido por Alberto González Salas y el segundo por José Reyes Venegas Gamboa. 

Después Diego Ramón Camarillo Díaz, jefe de grupo, dio lectura a una carta que envió Mons. Sigfredo Noriega Barceló, XV obispo de la Diócesis de Zacatecas, con motivo del cumpleaños del padre Juan Diego.

Por último el P. Juan Diego dirigió unas palabras a todos los presentes y finalizó con el rezo de acción de gracias .