¿YO PUEDO SER SACERDOTE?
Hola! Mi nombre es Ramón Pérez Ramírez, soy originario de la colonia Bañuelos en Fresnillo, Zac. Pertenezco a la parroquia de nuestra Señora del Refugio, Racho Grande, Fresnillo. Quiero compartir con ustedes cómo brotó en mí el deseo de seguir al Señor.
Desde niño siempre me ha gustado asistir a Misa. Ahí me enteré de que había niños que le ayudaban al sacerdote, por lo que entró en mí el deseo de colaborar con él, pero al no tener la edad adecuada para realizar ese servicio tuve que esperarme un tiempo. Mientras tanto, tenía que conformarme con jugar a celebrar Misa.
Fue hasta los ocho años cuando se me presentó la oportunidad de ser monaguillo en mi comunidad y durante este tiempo tuve la oportunidad de conocer a varios seminaristas, quienes nos hablaban sobre el Seminario. Y aunque en realidad no conocía mucho sobre el sacerdote, con el transcurso del tiempo y en el trato continuo con ellos y con algunos seminaristas, nació en mí la inquietud por conocer más, lo que me llevó a preguntarme: «¿Yo puedo ser sacerdote?». Te puedo contar que fue a partir de este momento cuando se encendió en mí el deseo de ser sacerdote. Así que seguí prestando con más entusiasmo mi servicio de monaguillo y continúe conociendo más sobre esta vocación.
Durante la Secundaria ingresé a un coro de mi comunidad y fue en esta misma etapa cuando se despertó en mí, como en todo joven, el deseo de tener novia y así comencé a experimentar un sentimiento nuevo y diferente a lo que viví de niño. Pero nunca desapareció de mí la inquietud de seguir a Cristo y echar las redes en su nombre a través del sacerdocio.
Al finalizar la Secundaria recibí la invitación para vivir el Preseminario y en esta hermosa experiencia se reavivó fuertemente el deseo de ser sacerdote, ayudándome a disipar algunas dudas y a responder con un sí al Señor. Fue así que el 8 de agosto de 2010 fue el gran día de dejar todo para seguir a Jesús en una nueva aventura. De esta manera, ingresé al Seminario Menor, en el que discerní más el llamado de Dios para mi vida y consolidé más mi encuentro personal con Jesús a través de la oración y la convivencia con los demás. Conocí a muchos amigos de diferentes partes con el mismo ideal que yo, y juntos nos atrevimos a vivir y hacer nuestra esta extraordinaria experiencia de seguir a Cristo en el camino del sacerdocio.
Actualmente me encuentro en 1º de Filosofía con mucha alegría y entusiasmo para seguir los pasos del que me ha llamado a esta bella vocación. He vivido de todo y te puedo asegurar que ha sido la mejor experiencia de mi vida. Así que te invito a no tener miedo y responder con un sí al llamado que Dios te hace para vivir esta gran aventura con Cristo y con los hermanos. ¡Ven y has tuya esta extraordinaria experiencia!