El pasado sábado 6 de octubre tuvimos la oportunidad de vivir la primera Jornada de Psicología dentro de este ciclo 2012 – 2013, impartida por las psicólogas regiomontanas Lupita, Adriana y Susy. La cual se llevo a cabo en el audiovisual del Seminario Menor.
Recordemos que la Psicología es la ciencia que estudia los procesos mentales y la conducta humana, y en esta ocasión fue combinada con la experiencia y conocimiento de las licenciadas que expusieron temas con el fin de ayudarnos y orientarnos para poder ubicarnos y adaptarnos de manera adecuada a la vida de seminarista.
El tema principal fue titulado “La adolescencia, la transición y el cambio como tareas del seminarista”. Se habló acerca de los cambios biológicos, psicológicos y sociales que enfrentamos en la adolescencia. Crisis es sinónimo de cambio, y nadie está exento de sufrirlas, están presentes en las cosas más mínimas y cotidianas de nuestra vida; sin embargo en la adolescencia es cuando el joven se ve afectado y perturbado por estos acontecimiento que le provocan miedo e inseguridad, pero que este sufrimiento es el que nos ayuda a crecer como personas e ir formando y consolidando nuestra identidad.
En esta ocasión la actividad principal fue la elaboración de un “Collage de mí mismo”. En el cual, por medio de imágenes recortadas de revistas o periódicos, pudimos expresar parte de nuestra identidad, para después pasar al frente y exponerlo. El objetivo de esta actividad fue darnos cuenta de lo que hay dentro de nosotros mismos, para podernos conocer mejor y darnos a conocer a los demás.
Por la tarde continuamos con temas importantes como “las etapas de transición en el Seminario Menor”. Para concluir se abordó el tema de la identidad, los tipos de identidad y cómo el adolescente va formando y concretizando su identidad.
Un día lleno de actividades interiorizadas, que son importantes para nosotros como jóvenes candidatos al sacerdocio, ya que nos ayudan a encontrar la paz y salud mental y así, algún día, lleguemos a ser sacerdotes bien definidos y con una madurez mental adecuada para poder desempeñar nuestro trabajo al servicio del pueblo de una manera íntegra y completa.
Es importante agradecer a los formadores que hicieron posible esto, y por supuesto a las psicólogas por su disposición al transmitirnos conocimiento, e incluso brindar una ayuda más personalizada a algunos jóvenes.