Como cada año, el Seminario de Zacatecas abrió sus puertas para recibir a los jóvenes que participaron del Preseminario 2013, que se llevó a cabo del 13 al 21 de julio. El preseminario busca dar una visión general del Seminario, tanto en lo intelectual, como humano y espiritual, para que los jóvenes disciernan con más elementos su propia vocación.
El P. Carlos Francisco Pinedo Valenzuela, promotor vocacional, fue el encargado de dar la bienvenida a los muchachos preseminaristas. Gracias a Dios la asistencia fue numerosa. Los aspirantes al Seminario Menor fueron 96, mientras que los que buscan ingresar al Curso Introductorio Diocesano, es decir, jóvenes que han concluido la preparatoria, cursan o han terminado la Universidad, fueron 45.
La alegría es una de las características que más ha destacado en estos días, pues los muchachos la expresan al convivir y conocer nuevos amigos, en una “experiencia de fe”. Entre las actividades que se han desarrollado son la celebración de la santa Misa y el rezo del rosario, temas vocacionales, talleres de liturgia, dinámicas de reflexión, de integración; además los jóvenes han tenido la oportunidad de conocer el Eremitorio Sacromonte de los frailes franciscanos, donde celebramos la Eucaristía en un clima de convivencia, gozo y verdadera oración.
La hora del deporte es de las más esperadas, en la cancha es donde se ponen a prueba las habilidades y destrezas para vencer. También los preseminaristas del Seminario Menor realizaron un paseo al parque La Encantada de la ciudad de Zacatecas, en donde celebraron la Eucaristía, jugaron y convivieron; mientras que los preseminaristas del Curso Introductorio Diocesano pudieron asistir al cine y ver una película.
El sábado 20 tuvieron lugar las olimpiadas y un torneo de fútbol, básquetbol, voleibol entre los muchachos del Seminario Menor y los del Curso Introductorio. Una noche mexicana en la que se pudieron disfrutar de deliciosos antojitos y agradable música cerró el día. El domingo se dio por concluido el preseminario 2013 con la celebración de la Misa. Finalmente los jóvenes pudieron regresar a sus casas contentos de haber hecho nuevos amigos, y de haber vivido una verdadera «experiencia de fe».