La filosofía también es parte del acervo cultural de nuestro país y forma parte de su pasado, aunque sea un tanto espinoso y accidentado hablar de alguna escuela filosófica mexicana, sobre todo del tiempo prehispánico y de la época colonial. Muchos intelectuales del siglo pasado han intentado demostrar que la filosofía de aquellos tiempos se desarrolló de manera auténtica, aunque es una tesis en la que no todos concuerdan.
Esto se debe a que gran parte de las fuentes de que disponemos, particularmente de la época prehispánica, y de la cultura mexica, son indirectas, por lo que en la interpretación es en donde nos damos alguna idea de lo que aquellas personas pensaban sobre sí mismos, sobre el mundo en el que vivían y su relación con los dioses. Las principales fuentes de que disponemos son los antiguos códices, los relatos de los sobrevivientes de la conquista y las crónicas que realizaron los misioneros; también conocemos el nombre de los sabios mexicas, los tlamatinime.
Haciendo una comparación con el desarrollo de la filosofía clásica antigua, no tenemos indicios de que nuestros antepasados indígenas hayan dejado a un lado el mito para adentrarse en la especulación puramente racional de la naturaleza y del hombre. Solo desarrollaron algunos elementos que hoy podemos catalogar dentro de las disciplinas filosóficas como teodicea y ética.
En la Nueva España se dio un notable impulso a los trabajos filosóficos, sobre todo a partir de la creación de la Real y Pontificia Universidad de México y de la fundación de los Seminarios, pero siempre se hizo a la sombra de las tendencias filosóficas desarrolladas en Europa.
Ya en el siglo XIX, con sus constantes cambios políticos y la continua guerra que asolaba el país, el desarrollo de la filosofía se vio truncado y solo se trató a la retórica con fines políticos en aquella época, y no es hasta la entrada del Porfiriato que, con la relativa tranquilidad y estabilidad del país, pudo volverse la atención al quehacer filosófico, especialmente de tendencia positivista.
En el siglo XX y el actual, se han producido muchas obras y tratados de filosofía desde la academia, por la proliferación de escuelas profesionalizadas en el ámbito filosófico. Particularmente me llama la atención el caso de Octavio Paz, aunque hay muchos más, porque trata de encontrar la esencia del mexicano, una cuestión muy de moda en los años 50’s. En la actualidad, el desarrollo filosófico en México ha estado muy influenciado por corrientes comunistas, por lo que hablar de una “auténtica filosofía mexicana” sigue siendo, como en el pasado, abordar temas que nos llegan de otras partes del mundo, pero no hemos logrado constituir una originalidad ni una trascendencia en el pensamiento mexicano.
Por Fernando Daniel Quiñones Ortega
Segundo de Filosofía