Categories: Vocaciones Leave a comment

Y así fue como empecé a sentirme llamado

Hola, mi nombre es José Ángel Martínez Rico, pertenezco a la Arquidiócesis de San Luis Potosí, actualmente estoy en el Seminario Conciliar de la Purísima en Zacatecas, en el primer año de la formación llamado Curso Introductorio y quiero compartir un poco cómo surgió mi inquietud por la vida sacerdotal. Bueno, para empezar desde niño siempre había tenido esa inquietud de ser sacerdote, y poco a poco crecía más esa ilusión en mi vida. Cuando yo tenía tan solo 10 años, recuerdo que le dije a mi mamá que quería ser monaguillo, quería ayudar al sacerdote durante la misa, quería saber cómo se sentía estar arriba junto con el padre. Gracias a Dios se me concedió ser monaguillo, donde empecé también a prepararme para mi primera comunión e iba al catecismo; reconozco que era un niño inquieto y travieso, y que a veces no le hacía caso a la catequista, pero, en fin, después de un año hice mi primera comunión, y a los 12 años mi confirmación. Así poco a poco me fui metiendo y ayudando en mi parroquia.

Pero aún seguía con esa inquietud de entrar al Seminario. Entonces me fui involucrando en los movimientos juveniles de mi parroquia, uno de ellos es Arcoíris que fue donde más tiempo pasé de mi vida cristiana, y creo que fue ahí donde reafirmé mi vocación, y donde tomé la decisión de vivir esta aventura con Cristo dentro del Seminario.

Bueno, así pasó el tiempo, como lo dije anteriormente Arcoíris fue el movimiento donde pasé más tiempo, pero también quise experimentar otros ambientes, otros grupos juveniles , uno de ellos fue Jufra (Juventud Franciscana), donde también aprendí cosas muy buenas, todo esto lo hice con tal de ir descubriendo lo que realmente quería, ser sacerdote. Efectivamente, todo esto me sirvió bastante, estar tan feliz, tan alegre en las actividades de mi parroquia. Un día un amigo sacerdote me dijo: te he visto, y me han dicho que tú tienes la intención de entrar al Seminario, para ver realmente si es tu camino o no. Me invitó a un retiro de 2 días conocido como Sem-Fam, re cuerdo que fue en el Seminario. Me gustó mucho el retiro, conocí sacerdotes que me empezaron a animar a seguir asistiendo a los retiros cada mes, estuve 4 años en esos retiros de Sem-Fam y claro que me ayudaron bastante.

En todo este proceso que llevé tuve la experiencia de estar en la prueba final, estuve una semana viviendo el pre-seminario. Gracias a Dios tuve la dicha de ser aceptado, lo que hice en ese momento fue correr y abrazar a mis papás que estaban presentes. Lo que más me dio alegría fue ver a mi mamá emocionada y llorando de alegría porque me habían aceptado. Lo único que me queda es darle gracias a Dios por permitirme estar viviendo esta experiencia.

Bueno, esto es un poco de mi experiencia vocacional con altas y bajas, pero aquí sigo adelante. Gracias a todas aquellas personas que me han apoyado antes y después de entrar al Seminario. Gracias a Dios ya llevo 7 meses viviendo mi fe como seminarista y como un soldado de Cristo. Gracias a mis papás por tanto apoyo que me han brindado, y su gran ilusión de que con la licencia de Dios, verme como un gran sacerdote, todo se lo debo a ellos. También a mis amigos que me siguen apoyando espiritualmente, pues se que con la oración todo se puede, y para mí es lo más importante, gracias a todos por seguir en oración.

José Ángel Martínez Rico

Seminarista de Curso Introductorio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *