Etapas

Formación de los Seminaristas

El Seminario, en su tarea de formar los sacerdotes que nuestra diócesis necesita, ayuda al joven candidato a que llegue a la madurez en todas las dimensiones que integran su persona y su futuro ministerio, para que así sea capaz de responder a los retos se presentan actualmente en la Iglesia.

Representa la base «necesaria y dinámica» de toda la vida presbiteral, pues el sacerdote es ante todo un hombre.

Contribuye a configurar el ministerio sacerdotal a través de a escucha y vivencia de la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo.

Ofrece los  instrumentos racionales necesarios para comprender los valores propios del ser pastor, encarnarlos en la vida y transmitir el contenido de la fe.

Habilita al seminarista para un servicio eclesial responsable fructífero. A través de distintas actividades apostólicas, el seminarista aprende a comunicar el amor de Cristo.