El pasado 28 de septiembre nos vestimos de manteles largos en el Curso Introductorio Diocesano al celebrar el don de la vida de nuestro Padre Espiritual, el Pbro. Vicente Haro Campos. Las actividades comenzaron cuando el reloj dio las 12:00 a.m. y todos comenzamos a cantar las mañanitas al unísono y algunos otros cantos populares para completar la serenata y posteriormente regresar a dormir.
La mañana transcurrió como de ordinario, hasta que en la tarde recibimos a las generosas personas provenientes de la parroquia de los Santos Cosme y Damián de Villa de Cos, que ofrecían la comida al padre Vicente, el cual había prestado su servicio en medio de ellos antes de regresar al Seminario.
Después de la comida fuimos un rato a estudiar hasta la hora de deporte, donde todos nos dispusimos a preparar las mesas y todos los arreglos para la noche. Al terminar, nos dirigimos a bañarnos para prepararnos y estar listos para la Misa a las 7:00 p.m.
La Misa fue solemne, presidida por el padre Vicente y concelebrada por los sacerdotes Omar y Arturo (hermano del cumpleañero), además de que nos acompañaron en la Celebración algunos de los familiares del padre, entre ellos sus tíos, su prima y su hermana, la maestra Liliana.
Acabada la Celebración litúrgica, siguió la cena en donde cooperamos todos para que los eventos de la noche salieran muy bien; además de que la comida estuvo muy apetitosa y todos quedamos satisfechos. Hubieron números presentados como cantos alternados entre cada actividad por nuestros compañeros del coro y un gran “sketch” interpretado por nuestro compañero Manuel Pasillas de “Adivinación del futuro por medio de cartas”, donde interpretó a un personaje llamado “Vidente”, el cual nos divirtió muchísimo con sus supuestas adivinaciones.
Posteriormente le otorgamos al padre dos regalos con mucho cariño, uno material y otro espiritual: el primero fue un chaleco que se le veía muy bien; después le presentamos un ramillete espiritual.
Acabados todos estos actos, el padre Vicente dio unas palabras de agradecimiento y despedimos con mucho cariño a sus familiares y a los padres formadores de otras etapas. Nos quedamos otro rato festejando al padre sólo la etapa del CID con unas canciones y juegos donde nos la pasamos excelente. Posteriormente pasamos a dormirnos a las 11:30 p.m. ya que el día fue demasiado agotador, pero con mucha alegría y además muy agradecidos con Dios por otro año de vida del padre Vicente quien diariamente nos alienta con su palabra y ejemplo.