Categories: Sin categoría

EPIFANÍA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Adorar… pero ¿A quién? 

“Cuanto más hombre se haga el hombre, 

más experimentará la necesidad de adorar” 

Teilhard de Chardin.

Viendo a un grupo de personas, escuché lo siguiente: –sólo Dios sirve para controlar al ser humano-. Ya van varias veces que me he preguntado, ¿por qué el ser humano percibe a Dios como un enemigo?, ¿por qué no se logra ver más allá? Toda persona casi por instinto huye del peligro…pero ¿acaso Dios es un peligro para nosotros?

Estas interrogantes nos ayudan a reflexionar. Lo lamentable es que no logramos ver más allá, nos convertimos quizás en humanos que vivimos nuestro día con la mayor rutina, fue lo que le pasó a Herodes y pensamos que nosotros somos el centro del universo y jugamos a ser “dios”, por consecuencia vemos a Jesús, a un niño indefenso, como un peligro para la humanidad. Entonces, a quién adoramos, al mismo hombre, a la tecnología, a mi egoísmo, al placer y libertinaje que carcome lo más sagrado que somos.

Dios es nuestro amigo, Él sólo quiere el bien para cada uno de nosotros, no viene a quitarnos nada, sólo viene a traernos la verdadera salvación, por eso, sólo a Él debemos la adoración. ¿Qué significa esto?

1.    Adorar es admirar.

¿Acaso no te impresiona la vida de Jesús? Velo, obsérvalo, conócelo….y verás. El que es eterno, comienza a existir en el tiempo. Se hace uno como nosotros, menos en el pecado. Quiso tener unos padres, que lo fueran guiando y educando. Afrontó con total libertad lo que implica ser niño, adolescente y joven. Se enfrentó al dolor humano ante la pérdida de seres queridos. Revolucionó una forma de pensar anticuada y caduca. Vino a enseñarnos con sus obras lo que significa querer con el corazón y con el alma a toda la humanidad. Aceptó el tormento lento de la pasión cruel y devastadora del dolor inocente. Murió en señal de solidaridad…pero resucitó y ascendió a los cielos como culmen maravilloso de su obra redentora…Este Jesús, Hombre y Dios, es lo que ha hecho por nosotros. Ante todo esto, tú decides caer de rodillas como los Magos o permanecer indiferente como Herodes. 

2.    Adorar es amar.

Los Magos siguen una estrella que está irradiando amor. Es una luz especial que les envuelve y los hace salir de sí mismos en busca del verdadero “Amor”. ¿Cuántas pruebas no pasarían los Magos? Quizás noches en que de repente la estrella se perdía, días enteros de caminar, personas (Herodes) que buscaban que dejaran atrás su cometido. Adorar es amar. Amar es luchar por lo que se quiere. Amar es defender la única verdad. Amar es buscar al único tesoro. Amar es tener la osadía de arriesgar todo por alcanzar al Salvador. Quizás es lo que nos falta: luchar por conocer realmente nuestra fe, defender con el testimonio a Aquél que nos ha nacido, buscar a Jesús en cada momento y atrevernos a dar la vida por Él, luchando por el valor de la vida, esforzándonos por abatir toda injusticia… en fin lograr que Jesús siga irradiando luz en este mundo en el que aparentemente ya no queremos luz.

3.    Adorar es agradecer.

Necesitamos guardar silencio para escuchar, silencio para reflexionar, silencio para renovar, silencio para cambiar, silencio incluso para oír el corazón y finalmente silencio para agradecer. Quizás se nos olvidó agradecerle a este niño de Belén, que hoy un niño me regaló una sonrisa. Agradecer es ver a Dios en la persona del cerillito que me ayudó con las bolsas. Agradecer al escuchar que mi hijo me dijo: papá-mamá. Agradecer al reflexionar que terminé un día sumamente pesado. Agradecer porque me di cuenta que tengo un defecto que puedo cambiar. Agradecer porque en el silencio del corazón sólo tengo problemas, sin embargo, no estoy solo, Alguien, una estrella va comingo. 

Vivimos absorbidos por nuestro mundo que no vemos a Dios que nos sigue iluminando y guiando. Es momento de adorarle y reconocerle todo lo que hace por nosotros hoy. ¡Este año nuevo podemos cambiar!