CICLO FORMATIVO 2013-2014
Una nueva mañana comienza a despuntar y el cielo se llena de color al ir dando paso a la luz. La nueva jornada hace volver del sueño a los habitantes de este nuestro suelo. Se dejan escuchar nuevamente las risas de los niños en las aulas, que por semanas se mantuvieron vacías; nuestras calles se llenan con signos de vida, de búsqueda, de realización personal y que se expresan en la algarabía y movilidad con que se adornan los caminos y edificios.
Dentro de nuestro «Semillero de Vocaciones» sucede algo muy similar, ya que, las habitaciones de los edificios se llenan de luz anunciando el término del periodo vacacional, la llegada de los seminaristas, sacerdotes y todo el personal, y el inicio de un nuevo año formativo que deja entrever, ya desde su comienzo, la meta a alcanzar: asemejarnos más a Cristo, el buen pastor.
Cuando el fruto cuidado y cultivado dentro del Seminario ya está próximo a madurar es porque se encuentra ya en su etapa final de este camino vocacional. Claro que se encuentra más cercano a la ordenación sacerdotal, y por esto es el momento que pide más oración, ser hombres de comunión, comprometidos, pobres, obedientes y castos, con la capacidad dar la vida, como el Buen Pastor. Este periodo es conocido como: Teología.
La comunidad de Teología está compuesta por cuatro generaciones y en total somos 37 seminaristas, más nuestros dos sacerdotes que velan por nuestra buena formación, el Pbro. Aurelio Ponce Esparza, prefecto de disciplina, y el Pbro. Eduardo Huerta Muro, responsable del área espiritual.
Hace más de una semana que volvimos a casa, principalmente para estar con Él, ser sus discípulos y hacer nuestro corazón como el suyo, Corazón Sacerdotal.
