El camino que se emprende en esta estación se realiza a partir de lo adquirido en la anterior de tal manera que el seminarista haga más sólida su opción por el sacerdocio como la vocación que se quiere abrazar íntegramente mediante el crecimiento de la vida comunitaria, la integración de su personalidad humana y cristiana.
La estancia en esta estación es decisiva para quien aspira a entregarse a Dios en el sacerdocio. En consecuencia en una duración de tres años, se busca que el joven madure en su fe, profundice en el conocimiento y aceptación de su persona, logre establecer bases afectivas firmes, adquiera una conciencia crítica y en diálogo frente a las diversas líneas de pensamiento sobre Dios, el hombre y el mundo.
48 jóvenes viven ahora juntos este momento de su andar hacia el sacerdocio, no dejes de vivir con ellos los instantes que te comparten.