«Es la etapa inicial de los futuros sacerdotes»
Con mucho entusiasmo y alegría hemos iniciado el pasado 6 de agosto un nuevo año escolar en el Seminario Menor, lugar donde comienza la gran aventura que Cristo tiene preparada para todos aquellos que Dios ha llamado para anunciar el Evangelio. Es la etapa inicial en la formación de los futuros sacerdotes.
Comenzamos este año 33 seminaristas venidos de diferentes lugares y parroquias de nuestra querida Diócesis de Zacatecas, de los cuales 3 cursan el tercer año de Humanidades (quinto semestre de preparatoria); 8 cursan el segundo año (tercer semestre) y, finalmente, ingresamos 21 compañeros a nuestro primer año de Humanidades (primer semestre). Cabe señalar que yo y mis compañeros de primero hemos dado el primer SÍ a Cristo, quien nos ha llamado a conocerlo más y a llevar el evangelio a todos los lugares.
En el Seminario Menor no solo se está desarrollando el área intelectual, sino también otras tres dimensiones: humana, espiritual y pastoral, que son fundamentales para la formación de los futuros sacerdotes. Estas dimensiones ayudan a que descubramos y acrecentemos el llamado de Dios en nuestras vidas y nos desarrollemos como personas.
Recordando que en este camino no vamos solos, sino que Dios nos acompaña y nos pone a personas que ayudan a formarnos día con día. Desde las personas que oran por nosotros todos los días, así como las personas que trabajan en nuestro Seminario, hasta los maestros que todos los días vienen con mucha disposición a enseñarnos.
Obviamente merecen una mención especial nuestros padres formadores, quienes están al pendiente y velan por nuestra recta formación y crecimiento integral. Así contamos con el Pbro. Horacio Muro y el Acólito Miguel Agustín García, quienes nos conducen por el camino de la disciplina, la obediencia y el desarrollo humano e intelectual; así mismo el Pbro. Vicente Haro, quien es el encargado de guiarnos y motivarnos en el ámbito espiritual.
Y como la familia que somos, es así como comenzamos este año el Seminario Menor, ilusionados y motivados para responder en nuestra vida de cada día con un SÍ genero a la invitación que Jesús nos ha hecho.