Hace algunos días, un noticiero transmitía información acerca de cómo una alumna de un jardín de niños sufría bullying. Dos interrogantes surgieron, ¿hasta qué punto el programa informativo es objetivo y califica de bullying el comportamiento de unos niños de kínder? Y ¿Realmente tenemos clara la extensión del término como para reconocer estos actos graves en otros? Al parecer, no está por demás plantearnos la interrogante:
¿Qué es el bullying?
El término «bullying»”, procedente del inglés, tiene el mismo origen que el concepto «mobbing» salvo que, este último es un tecnicismo y el otro se usa habitualmente hablando con el sentido de «acoso». La palabra bullying pese a que se piense así, no procede del término inglés «bull», que se traduce por toro, sino del vocablo holandés «boel» que significa «amante» pero en un sentido despreciable y se aplicaba a las personas que hacen negocio con amores ilícitos.
El primero que empleó el término bullying en el sentido de acoso escolar en sus investigaciones fue Dan Olweus, quien implantó en la década de los ’70 en Suecia un estudio a largo plazo que culminaría con un completo programa antiacoso para las escuelas de Noruega.
Una definición más amplia es la que se dio en los Estados Unidos, en el año 2001,por la asociación «No child leftbehindact»de siglas NCLBA, “Ningún Niño quede Atrás”, la que dice que el término «acoso escolar» se aplica a aquellas conductas relativas a la identidad de un alumno, o a la percepción de esa identidad, concernientes a su raza, color, nacionalidad, sexo, minusvalía, orientación sexual, religión o características cualesquiera distintivas que fueren definidas por las autoridades regionales o municipales competentes, siempre que:
a) Se dirijan contra uno o más alumnos.
b) Entorpezcan significativamente las oportunidades educativas o la participación en programas educativos de dichos alumnos.
c) Perjudiquen la disposición de un alumno a participar o aprovechar los programas o actividades educativos del centro escolar al hacerle sentir un temor razonable a sufrir alguna agresión física.
El bullying está presente en casi cualquier lugar, no es exclusivo de algún sector de la sociedad o respecto al sexo, aunque en el perfil del agresor sí se aprecia predominancia en los varones. Tampoco existen diferencias en lo que respecta a las víctimas.El agresor acosa a la víctima cuando esta solo: en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio. Por esta razón los maestros muchas veces ni por enterados están.
Sin embargo no se trata de un simple empujón o comentario, se trata de una situación que si no se detiene a tiempo puede provocar severos daños emocionales a la víctima.Esta práctica que se vuelve frecuente en los niveles de secundarias y preparatorias públicas o privadas de México, en otras partes del mundo se esta adaptando a la tecnología dando como resultado el cyber bullying, es decir, el acoso a través de Internet específicamente en páginas web, blogs o correos electrónicos
El bullying se presenta de diferentes maneras como:
-Sexual: Es cuando se presenta un asedio, inducción o abuso sexual.
-Exclusión social: Cuando se ignora, se aísla y se excluye al otro.
-Verbal: Insultos y menosprecios en público para poner en evidencia al débil.
-Psicológico: En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro.
-Físico: Hay golpes, empujones o se organiza una paliza al acosado.
Indudablemente que no basta con saber cuándo a un acto se le puede denominar como bullying, es importantísimo conocer cómo se debe actuar si se descubre una víctima de bullying:
1.Investiga minuciosamente lo que está ocurriendo, platica con sus compañeros más cercanos, maestros, amigos y familiares.
2.Platica con la víctima e invítale a la confianza, sino contigo con sus padres, así él se sentirá cómodo al hablar con quien deseé acerca de todo lo bueno y lo malo que esté viviendo.
3.Hablen del tema y escucha, deja que se desahogue.
4.Si efectivamente comprobaste que lo están acosando, mantén la calma y no demuestres preocupación, el niño tiene que ven en tu rostro determinación y positivismo.
5.Comprométete a ayudarlo, y muy importante, hazle saber que él no es el culpable de esta situación.
6. No trates de resolver el problema diciéndole que se defienda y tome venganza, esto empeoraría más la situación, es mejor que discutan cómo pueden responder asertivamente a los acosadores y practica respuestas con él.
7.Debes ponerte en contacto con el maestro y con la dirección de la escuela para ponerlos al tanto de lo que está ocurriendo, pídeles su cooperación en la resolución de los hechos.
8.En caso de que el acoso continúe, tendrás que consultar a un abogado.
9.Si la víctima se encuentra muy dañado emocionalmente por toda esta situación, busca la asesoría de un psicólogo para ayudarle a que supere este trauma. Pero jamás te olvides que la mejor ayuda, en esos casos, es la de su familia.
Y sobre todo, es imprescindible tener siempre presente al mandamiento de la caridad que el Señor nos ha dado, el cual va más allá de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, sino amarlos en la misma medida en que Dios nos ama a nosotros, sin duda Él es nuestra fortaleza y nuestro principal Médico.