El pasado sábado 21 de septiembre de 2013, los seminaristas del Curso Introductorio llevamos a cabo el retiro de monaguillos, iniciando así nuestra pastoral. Pudimos compartir un bello mensaje a los niños y niñas que prestan su servicio como monaguillos en sus diferentes parroquias dentro de juegos, temas y convivencia. Fueron muchos los recuerdos que recorrían nuestra mente, ya que, muchos fuimos llamados a responder a esta vocación siendo monaguillos dentro en nuestra parroquia.

Es de suma importancia considerar que, la mayoría de las veces, es en este campo donde se siembra  la primer semilla de la vocación, y que hoy, nosotros, somos responsables de hacerla germinar y cultivar para que sea una motivación a la vida sacerdotal y religiosa. Si bien es difícil comunicar la Palabra de Dios a los adultos, con más razón lo es a los niños, lo cual se presenta como un desafío que invita a ponernos a su mismo nivel, volver a ser un niño, hablar su mismo lenguaje, jugar sus mismos juegos y así trasmitir más claramente la Palabra de Dios, porque Él así lo ha dicho «dejen que los niños vengan a Mí, y no se lo impidan porque el Reino de los cielos es de quienes son como ellos» Mt. 19, 14. De este modo los niños también contribuyen a nuestra formación pastoral y humana ayudándonos a desarrollar y poner en práctica los valores que como seminaristas debemos de tener. 

Este tiempo apenas comienza y seguiremos luchando por trasmitir a Dios a todas las personas, pero sobre todo seguiremos trabajando por acercar a los más pequeños a Dios y poder construir bases sólidas para que de las futuras generaciones surjan vocaciones para nuestra Diócesis, con esfuerzo y oración lo lograremos.