Todo comenzó el día jueves 16 de octubre a partir de las cinco de la tarde cuando nuestros compañeros y yo nos disponíamos a recibir un pequeño retiro espiritual preparando de esta manera nuestra alma para poder así celebrar nuestros 145 años como Institución y con ello nuestra toma de sotana. Durante el retiro meditamos sobre la cita: «Todos se han revestido de Cristo, pues todos fueron entregados a Cristo por el bautismo» Gal 3, 27.

Después de la homilía fue la entrega de la sotana, para luego revestirnos de ella, adquiriendo con ello un compromiso, no sólo como seminaristas sino como bautizados. En lo que restaba de la Celebración me sentía más nervioso, mis manos no dejaban de sudar por el entusiasmo de estar revestido, ya que, fueron cuatro años de espera para este bello momento, acompañado de mi familia, compañeros, amigos y sacerdotes. Terminada la Eucaristía familiares, amigos y compañeros del Seminario se mostraron felices al igual que nosotros dándonos un saludo y un abrazo por este acontecimiento que ya forma parte de nuestras vidas.El viernes 17 por la mañana preparamos todo para la celebración Eucarística, la cual comenzó en punto de las doce del mediodía, presidida por nuestro obispo Don Sigifredo Noriega Barceló. Con algo de nervios fuimos recibiendo a nuestros familiares, que muy gustosamente nos acompañaron en este pequeño paso en la vocación, al comienzo de la Celebración los nervios se fueron calmando, en la homilía el Obispo nos recordó que somos una Iglesia en salida, que desde el Bautismo somos misioneros, que debemos anunciar a Cristo Resucitado. 

Después de la Misa preparamos una pequeña fiesta, acompañados de nuestros familiares y sacerdotes que muy felices degustaron de unos ricos y sabrosos elotes. El ambiente para festejar era el ideal, pues nuestras familias al igual que nosotros estábamos contentos por un paso más en esta respuesta al Señor que no cesa de llamarnos. Satisfechos y contentos cada uno de nuestros familiares nos felicitó una vez más por este SÍ al Señor Jesús antes de partir a sus lugares de origen.

Pero ¿por qué la sotana? ¿Cuál es su significado? 

• El color negro: simboliza la renuncia al mundo, somos del mundo pero ya no pertenecemos a él. 
• La banda azul: nos recuerda el amparo y acompañamiento de la Virgen María en este camino de la Vocación. 
• La cota o roquete color blanco: significa la participación en la resurrección de Cristo; es un nacer y morir al mismo tiempo.

De aquí en adelante, buscaremos no sólo poder responder al significado de traer una sotana, sino vivir de acuerdo a la nueva vestidura litúrgica que hemos recibido, de acuerdo a nuestra vocación y bautismo.